Ángel Teodoro Rienzi

Uno de los más rápidos de todos los tiempos

 

Ángel Teodoro Rienzi, fue uno de los pilotos más rápidos que tuvo la categoría Turismo Carretera en su historia, murió a la edad de 84 años en el Hospital Municipal de Vicente López, cercano a su domicilio en Olivos. (había nacido en San Andrés de Giles) «Angelito», como se lo reconocía en el ambiente, comenzó a correr a fines de la década del 50 y se retiró de la actividad a principio de los 70, representando a la marca Ford. Según la estadística, participó en 185 competencias regulares y 12 Grandes Premios disputados por todo el país, donde cosechó innumerables admiradores y seguidores debido a la característica de su manejo. Siguiendo con los fríos números, se contabilizaron 8 triunfos, resultando el más recordado el logrado en 1965 en las 500 Millas de Rafaela, a un promedio superior a los 190 kilómetros por hora. En aquella ocasión y en base a su picardía, empleó unas cubiertas delanteras de menor grosor, que sirvieron para sortear exitosamente el difícil y extenuante trazado rafaelino. Rienzi en esa temporada le peleó el título a los «Hermanos Emiliozzi», los recordados y poderosos pilotos de Olavarría que junto con otros marcaron la denominada «época de oro del TC». Por sus características de piloto veloz, Rienzi marca un record histórico en la Vuelta de Necochea, con velocidades que oscilaron los 255 kilómetros por hora y establecieron sobre el circuito rutero un promedio general de 216 kilómetros por hora. También, y luego de la despedida de las «Cupecitas» en lo que hace a los autos, compartió verdaderos espectáculos con Jorge Cupeiro, Carlos Loeffel, Armando J. Ríos, Eduardo Copello, Héctor Luís Gradassi, Carlos Alberto Pairetti, Luís Rubén Di Palma, Carlos Alberto Reutemann, Nasif Estefano, Carlos Marincovich y Jorge Martínez Boero, entre otros. Rienzi, tras su retiro activo, siempre se mantuvo ligado a la actividad a través de sus tareas particulares, así como también por su amor por las «cupecitas» que siempre lo siguió teniendo como un símbolo. Varias fueron sus participaciones en los denominadas «Vueltas» o «Grandes Premios», donde siguió siendo atracción de los aficionados de su época, como así tambián de sus hijos, que lo vieron siempre como un referente viviente del tradicional Turismo CarreteraVencer a los Gringos
Para vencer a los hermanos Emiliozzi en las rutas del mítico Turismo Carretera de los 60, Ángel Tomás Rienzi un símbolo de Olivos fue el primero en presentar en carrera el motor F-100 de Ford, que suplantaba al venerable 59AB, montado en su cupecita 46 que pesaba «apenas» 1200 kilos, pero que le guiñaba un ojo a la aerodinámica. En el debut, en la Vuelta de Carlos Casares, el 25 de julio de 1965, conseguía un honroso quinto lugar. Pero a la semana, en Chacabuco, el motor se rompió, y una semana más tarde, en Salto, se soltó una manguera de aceite. Parecía embrujado. Esto que sigue me lo contó en su momento el propio Rienzi: «Fuimos a correr la carrera siguiente a Pehuajó, ya estaba listo para largar cuando se apersonó un señor, se asomó por la ventanilla del auto y me pidió si le podía mostrar el motor. Yo no le di artículo, estaba muy tenso pensando en la largada, pero el señor insistió. E insistió tanto que para sacármelo de encima aflojé, me bajé de la cupé y le abrí el capot. Entonces, el paisano, se arrodilló, se persignó y le habló al motor: No te vayas a romper en ésta, le pidió. Me dio la mano y se fue». Era el 15 de agosto de 1965. Ganó Rienzi. A la semana siguiente, en la Vuelta de Rojas, ganó Rienzi. Con ese motor, un año y medio más tarde, en Necochea, ganó Rienzi, a 217 Km./h de promedio, un record absoluto. Fue su octavo y último triunfo en TC.

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